1. Trasfondo de las Setenta Semanas
DANIEL 9:24-27
24 « Setenta semanas están
determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad,
para terminar la prevaricación, poner fin al pecado y
expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable,
sellar la visión y la profecía y ungir al Santo de los
santos.
25 Sabe, pues, y entiende que desde la salida de la orden
para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías
Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas;
se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos.
26 Después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al
Mesías,y nada ya le quedará. El pueblo de un príncipe
que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario, su
final llegará como una inundación, y hasta el fin de la
guerra durarán las devastaciones.
27 Por otra semana más confirmará el pacto con muchos; a la mitad
de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda.
Después, con la muchedumbre de las abominaciones, vendrá
el desolador, hasta que venga la consumación y lo que
está determinado se derrame sobre el desolador». |
Para entender las 70 semanas de Daniel, tenemos que entender la
relación única de Dios con el pueblo y la tierra de Israel. Esta
relación consta de 4000 años y se remonta a la época de Abraham,
sobre el año 2100 a.C. Abraham vivía en la ciudad de Ur, donde
actualmente se encuentra Irak. En Ur, Abraham y su familia se
pusieron en camino hacia Canaán, actual Israel. De camino, en
la ciudad de Harán, Dios se le apareció a Abraham y le dijo:
1
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu
parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te
mostraré.
2.Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré
tu nombre, y serás bendición.
3. Bendeciré a los que te
bendijeren, y a los que te maldijeren
maldeciré; y serán benditas
en ti todas las familias de la
tierra”.Génesis
12:1-3 (versión Reina Valera)
2.
Cuando Abraham
llegó a la tierra de Moriah, actual Jerusalén, Dios le prometió
a Abraham,
"A tu descendencia
daré esta tierra” Génesis 12:7 (RVA)
Estando en Canaán
(Israel), cierto tiempo después de que naciera su hijo Isaac,
Dios quiso probar la fe de Abraham diciéndole que llevase a
Isaac a la cima del monte Moriah y que lo ofreciera en
sacrificio. Allí, cuando Abraham estaba a punto de
sacrificarlo, un ángel del Señor intervino y evitó que el
sacrificio tuviera lugar. Entonces Dios le dijo de nuevo a
Abraham:
17 “de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu
descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que
está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas
de sus enemigos.
18 En tu simiente serán benditas todas las naciones de la
tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”Génesis
22:17-18 (RVA)
3.
Dios estableció un pacto con Abraham y sus descendientes que
también pasaría más tarde a Isaac y a su hijo, Jacob. Antes de
que Abraham muriera a unos 32 km al sur de Jerusalén en
la ciudad de Hebrón, compró un sepulcro, la cueva de Macpela, de
los hititas. Hasta el día de hoy, allí llacen los cuerpos de
Abraham, de Isaac y de Jacob junto con los de sus esposas, Sara,
Rebeca y Lea. Después de Jerusalén, este sitio conocido como la
"Tumba del Patriarca" es el lugar más disputado entre los judíos
y los palestinos. Antes
de
ser enterrado en la cueva de Macpela, Jacob se trasladó con su
familia hasta Egipto para escapar del hambre de la tierra de
Canaán. José, el segundo hijo más joven de Jacob, se convirtió
en el hombre más poderoso de Egipto después de faraón.
Como los hermanos de José estaban celosos del amor de Jacob
hacia su hermano, lo vendieron como esclavo a los ismaelitas,
quienes se lo llevaron a Egipto. Allí, cuando éste tenía 30
años, pasó de ser un esclavo a ser el gobernador. Más adelante,
José dio la bienvenida a sus hermanos y a su familia en el
Egipto donde más tarde se les protegió. Los descendientes de
José y de sus 11 hermanos, pasarían a ser conocidos como las
tribus de Israel.
Los descendientes de Jacob pasaron a ser en los siguientes 400
años un 1 millón de personas (de las 70 iniciales que se fueron
a Egipto). Después de que Jacob muriera, su cuerpo fue llevado a
Hebrón, donde fue enterrado junto con su padre Isaac y su abuelo
Abraham.
Después de 400 años, sus descendientes ya no eran bienvenidos.
Faraón, el rey de Egipto, vio en las tribus de Israel una
amenaza hostil para la supervivencia egipcia. Por eso, Egipto
empezó a llevar a cabo un plan sistemático para matar a los
niños, para asegurarse de que tenía el poder sobre Israel.
Entonces los descendientes de Jacob clamaron al Dios de
Abraham.
Dios llamó a Moisés, un hebreo de la tribu de Leví criado en la
casa de Faraón, para llevar a Israel fuera de Egipto hasta la
tierra que le prometió a Abraham 600 años antes.
De la mano de Moisés, Dios envió plagas a Egipto
para liberar a Israel. Finalmente, la décima plaga, la que
daría muerte a los primogénitos de Egipto, pasó por encima de
aquéllos que pusieron sangre de cordero en los postes de sus
puertas anunciando que eran Israelitas y fue entonces cuando
Faraón decidió finalmente soltar a las tribus de Jacob. Pasando
por el salvaje desierto de Sinaí, Moisés llevó de vuelta a la
tierra prometida a los descendientes de Jacob, donde éste había
sido enterrado.
5.
En
el periodo del éxodo, Israel se rebeló contra Dios. Moisés
estaba en el monte Sinaí recibiendo los 10 mandamientos, la ley
de Dios y, como se retrasaba en bajar del monte, su hermano
Aarón decidió hacer un ídolo, un becerro de oro, para llevar de
nuevo a Israel a la situación en la que se encontraba en Egipto.
El rechazo a la autoridad de Dios hizo que se encendiera Su ira
hasta querer juzgarlos. Dios le dijo a Moisés:
"Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los
consuma; y de ti yo haré una nación grande”
Éxodo 32:10 (RVA)
6.
Bendiciones
y maldiciones prometidas a Israel
Sólo después de que Moisés intercediera, Dios se apiadó de
ellos; sin embargo, la rebelión de Israel no acabó en Sinaí. El
Señor confirmó su pacto con Israel, los descendientes de
Abraham. Su pacto para con Israel se tradujo en promesas
de bendiciones por su obediencia y en maldiciones por su
desobediencia (Deut.27-28).
Si Israel obedecía, sería bendito sobre todas las
naciones de la tierra, pero si desobedecía, se esparciría entre
las naciones:
64 “Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos,
desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí
servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al
leño y a la piedra.65 “Y ni aun entre las naciones descansarás,
ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará JEHOVÁ
corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos y tristeza de alma”Deut
28:64,65 (RVA)
7.
El
pueblo de Israel aceptó a una voz el pacto con Dios en la
frontera de Canaán, pero Moisés no era quien los iba a conducir
hasta la tierra.
Después de que Moisés muriera, Josué llevó a Israel
hasta la tierra prometida, tal y como se escribió en el libro de
Josué aproximadamente en el año 1400 a.C. Los profetas y jueces
condujeron a las tribus de Israel durante los 400 años
siguientes, sin embargo, Israel quería tener un rey, como las
demás naciones. Dios escuchó sus peticiones y por medio del
profeta Samuel, en el año 1050 a.C., Israel se estableció como
una nación bajo el rey Saul. Pero la desobediencia de Saul hizo
que fuera reemplazado por uno de sus comandantes, David, en el
año 1025 a.C.
David, de la tribu de Judá, quiso construir un
templo para el Dios de Abraham. Dios rechazó la proposición de
David, pero Dios le envió al profeta Natán y estableció el
Pacto Davídico. A través de David, Dios establecería un
reino, un trono y un rey eternos, ya que, a través de su
genealogía, el Mesías prometido llegaría al mundo. El Mesías
sería un "Hijo de David."
12
“Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo
levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de
tus entrañas, y afirmaré su reino.
13.
Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el
trono de su reino”
2ª
Samuel 7:12,13 (RVA)
8.
El Templo e Israel como señal
Salomón, hijo de David, construyó el templo de Dios en el mismo
lugar donde se le había prometido la tierra a su antepasado
Abraham.
En
la cima del monte Moriah donde la fe de Abraham había sido
probada, Salomón construyó el Templo de Dios, sólo ahí Dios
permitiría construir un templo. Después de su construcción, Dios
aceptó el Templo de Salomón pero advirtió que si Israel
desobedecía, el Templo se convertiría en ruinas y las personas
se esparcirían.
19
“Mas si vosotros os volviereis, y dejareis mis estatutos y
mandamientos que he puesto delante de vosotros, y fuereis y
sirviereis a dioses ajenos, y los adorareis,
20
“Yo os arrancaré de mi tierra que os he dado; y esta
casa que he santificado a mi nombre, yo la arrojaré de mi
presencia, y la pondré por burla y escarnio de todos lo pueblos”
21 Y esta
Casa que es tan excelsa, será espanto a todo el que pase, de
modo que dirá: “¿Por qué ha hecho así Jehová a esta tierra y a
esta Casa?”
2ª
Crónicas 7:19-21 (RVA)
9.
Después de la muerte de Salomón, el reino de Israel se dividió
en dos: el reino del norte, Israel, que estaba formado por 10
tribus, y el reino del sur, Judá, compuesto por las tribus de
Judá y Benjamín.
Los pecados de Israel y Judá eran los mismos, las personas
rechazaban al Dios de Abraham y volvían a la idolatría; además
empezaron a rendir culto a los dioses de las naciones vecinas:
adoraban a Baal y Astarot, de los Canaanitas, a Moloc de los
Amonitas, a Quemos de los Moabitas y a Tamuz de los
Fenicios.
Los
profetas Elías, Isaías, Jeremías, Oseas y Ezequiel advirtieron
tanto a Judá como a Israel de los juicios venideros, pero estos
profetas fueron rechazados, se mofaron de ellos, y finalmente
los mataron. Isaías fue serrado en dos durante el reinado de
Manasés. Israel fue juzgado primero, en el 722 a.C, cuando el
reino Asirio lo derrotó y lo llevó a la cautividad.
10.
Judá obtuvo una victoria sobre Asiria durante el
reinado de Ezequías. En el 690 a.C., los ejércitos de
Senaquerib, rey de Asiria, rodearon Jerusalén pero se retiraron
después de que 185,000 hombres murieran fuera de las murallas de
Jerusalén. Los escritores Asirios confirman que las fuerzas
Asirias se retiraron de Jerusalén. Sin embargo, 90 años después,
Judá se encontraba en la misma situación apóstata que Israel.
Dios llevó a Ezequiel al Templo de Salomón y le mostró la
idolatría de los sacerdotes y líderes de Judá para que viera
cuáles eran Sus motivos para juzgarlos. Ezequiel vió ídolos en
la puerta del altar y en las paredes y a los líderes de Israel
rindiéndoles culto. También había mujeres llorando al dios
Tamuz, y muchos que adoraban al sol. El Señor le preguntó a
Ezequiel,
17
“Y me dijo: ¿No
has visto, hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá
hacer las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado
de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí
que aplican el ramo a sus narices.”
Ezequiel 8:17 (RVA)
El castigo fue la destrucción del Templo y la cautividad en
Babilonia, cumpliendo de esta manera las maldiciones del pacto
prometidas en Sinaí y a Salomón.
(En Deuteronomio 28:64 y 2 Crónicas 7:19-21 se habla de que
serían esparcidos por la tierra)
La
Cautividad de Judá
Judá fue juzgado y las promesas se cumplieron.
Los ejércitos Babilonios conquistaron Jerusalén en el 605 a.C.,
y ésta se tuvo que someter a Babilonia, lugar al que se llevaron
más tarde a los cautivos, entre los cuales se encontraba un
joven noble llamado Daniel.
Ocho años después, Judá se rebeló contra Babilonia, en el 597
a.C., pero Babilonia conquistó de nuevo la ciudad tomando a más
rehenes e instalando a un nuevo rey. Finalmente, después de una
tercera revuelta en el 586 a.C, Babilonia destruyó la ciudad de
Jerusalén, las paredes y el Templo de Salomón. La mayoría de
personas murieron asesinadas y algunos cautivos y las personas
más pobres se tuvieron que quedar para cuidar de la tierra. El
libro de Jeremías, Lamentaciones, documenta el dolor de
este evento.
Jerusalén se convirtió en una ciudad indefensa sin templo y
sin murallas. En el 586 a.C., Daniel había estado cautivo en
Babilonia durante 19 años. Durante su cautividad, se convirtió
en primer ministro bajo el reinado de Nabucodonosor, Rey de
Babilonia. Pero después de la muerte de Nabucodonosor, los
gobernantes que le siguieron, se olvidaron de él, hasta que
Babilonia fue derrotada.
Entonces en el año 539 a.C., cuando ya hacía 67 años que Daniel
había sido tomado cautivo, en el tiempo en que el Imperio
Medo-Persa estaba bajo el reinado de Darío el medo y cuando Ciro
el persa conquistó el reino de Babilonia, fue elegido primer
ministro del Imperio Persa (Daniel 6). Las personas de Judá
llevaban siendo cautivas casi 70 años y Daniel sabía que el
tiempo de cautividad se limitaba a 70 años, como había predicho
Jeremías. (Jeremías 25:11-12).
2
“En el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamente en
lo slibros el número de los años de que habló Jehová al profeta
Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de Jerusalén
en setenta años.”
Daniel 9:2
(RVA)
14. Intercesión de Daniel
Llegados a este punto, Daniel ya tenía de 82 a 90 años. Fue
tomado cautivo como un hombre joven y había permanecido bajo los
reinos Babilónico y Pérsico durante casi 70 años. El tiempo del
regreso de su pueblo estaba cerca. Daniel tomó el papel de
intercesor para Israel y el Templo.
“Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el
pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante
de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios”
Daniel 9:20
Para contestar la oración de Daniel, el Señor le ordenó al ángel
Gabriel que le mostrara a éste cuál era su plan para el mundo y
el papel que jugaría Israel. Tanto Israel como Jerusalén
desempeñarían un papel en "el Reloj Profético de Dios."
21 “aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a
quien había visto en la visión al principio, volando con
presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.22Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora
he salido para darte sabiduría y entendimiento.23Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido
para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la
orden, y entiende la visión.”Daniel 9:21-23 (RVA)
El Reloj Profético
(Vea “el Reloj Profético” nº1)
24 “setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la
prevaricación y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para
traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía,
y ungir al Santo de los santos.”Daniel 9:24 (RVA)
Primero se nos dice que el período de tiempo era de “setenta
semanas” o 70 períodos de 7, dando un total de 490 (70x7).
La palabra hebrea
“shebha” que se
usa para designar “semana” significa “siete” y se puede usar
tanto para días como para años.
En Levítico 25:8 se usa la misma raíz para hacer referencia al
año del jubileo. La celebración del jubileo tiene lugar en el
año cincuenta, después de 7 períodos de 7 años o, lo que es lo
mismo, 49 años. El número 490 representa años y no días.
Gabriel le dice a Daniel que 490 años “están determinados
sobre tu pueblo (Israel) y sobre tu santa ciudad
(Jerusalén)”. Esto establece los parámetros alrededor de este
reloj. El período de tiempo es de 490 años y éstos dependen del
pueblo judeo-israelí de Daniel y de su ciudad santa, Jerusalén.
Dentro de estos parámetros tendrán lugar siete eventos:
3. Expiar la
iniquidad,
4. Traer la justicia
perdurable
5. Sellar la visión
6. y la profecía,
7. y ungir al Santo de
los santos
La prevaricación y el pecado son tan reales actualmente como lo
eran en los días de Daniel, ya que las guerras, los asesinatos y
los robos son elementos de la vida cotidiana. Leemos que en un
periodo de 490 años “se pondrá fin al pecado” y
que habrá “justicia perdurable”.
Ya han pasado más de 490 años desde que Daniel escribiera estas
palabras, entonces, ¿por qué no se han cumplido si ya hace 2500
años que se dijeron?
Los siete eventos de Daniel 9:24 hablan de un tiempo futuro en
que el Mesías reinará en la Tierra. Cada uno de los eventos
mencionados en la lista de Gabriel habla específicamente de la
era Mesiánica. Muchos aplican erróneamente esta profecía a la
época durante la que Gabriel le dijo a Daniel que ésta hacia
referencia a su pueblo y a su ciudad. Los judíos y Jerusalén
son la señal de Dios para las naciones, observando a Jerusalén y
al pueblo judío, se puede entender el reloj de Dios.
Los 490 años estaban "establecidos" o
determinados en Jerusalén y el pueblo judío. El período de
tiempo, 490 años en total, está determinado (la palabra hebrea “Charats”
significa “determinado”o“establecido”) en Jerusalén y el pueblo
judío. Cuando se complete el Reloj Profético, los siete
eventos se cumplirán en el pueblo judío y Jerusalén, y por
extensión, en el resto del mundo, pero Jerusalén y los judíos
son la clave para entender este tiempo.
Cuando finalice el
período de 490 años, estos eventos se cumplirán en Jerusalén y
el pueblo judío.
Cómo es el tiempo que
está determinado?
25 "Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para
restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá
siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la
plaza y el muro en tiempos angustiosos”.
Daniel 9:25 (RVA)
Daniel fue informado en el versículo 24 de que 490
años se dividían en su pueblo y a su ciudad. En Daniel
9:25 se nos desglosa esta división en el tiempo, estableciendo
un período de 490 años para el “reloj Profético”, compuesto por
70 unidades de siete años cada una, dando un total de 490 años.
Dentro de estos 490 años encontramos puntos de división
específicos que hacen referencia a determinados eventos, que nos
permiten establecer o determinar el tiempo en cuestión.
El ángel Gabriel amonesta al lector a "saber, pues, y
entender". Pero, ¿qué es lo que debe entender el lector?,
pues cómo se divide el tiempo y cuándo tienen lugar las
divisiones establecidas.
El punto de partida del reloj
Lo primero de todo es que hay un punto de partida en
el reloj de los 490 años. La primera oración de Daniel era para
que Jerusalén fuera restaurada.
Hay que recordar que Jerusalén y el Templo fueron destruidos por
los babilónicos en 586 a.C. y que Jerusalén se quedó
desprotegida sin murallas y se convirtió en una simple sombra de
lo que había sido. La oración de Daniel era para que se
restaurara la ciudad y el Templo de acuerdo con las palabras de
Jeremías.
Gabriel vino a contestar su oración que hacía
referencia a su pueblo y a Jerusalén; primero le dijo a Daniel
que un período de 490 años se establecería sobre su pueblo y
sobre su ciudad (Daniel 9:24) y entonces le dijo cuándo
empezaría este período, tal y como podemos leer, “desde la
salida de la orden para restaurar y edificar a Jerualén”.
La orden de reconstruir Jerusalén determina el punto de partida
del reloj Profético. Más adelante del versículo, Gabriel da más
detalles sobre la orden de restaurar la ciudad de Jerusalén. La
orden está caracterizada, según Gabriel, por tres cosas:
La Plaza
El Muro
Tiempos angustiosos
"se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos”.
Estos calificadores son importantes porque separan
otras dos órdenes que conciernen a la reconstrucción del Templo
pero no a la reconstrucción de la ciudad.
1.
Ciro, el rey
de Persia, ordena que el templo sea reconstruido y permite a los
judíos que vuelvan en el 539 a.C. (Esdras 1.1-11).
2. Artajerjes, rey de Persia, le da al sacerdote Esdras una
carta permitiendo y estimulando la adoración en el templo y los
sacrificios en el Monte Moriah, pero no la reconstrucción de la
ciudad y sus muros en el 458 a.C. (Esdras 7:11-26).
La
oración de Daniel tuvo lugar en el primer año de Darío, hijo de
Jerjes, sobre el 539-538 a.C. Jerusalén estaba en ruinas, sin
muro y sin templo, sólo era una sombra de lo que había sido. El
reloj empieza con la orden de la reconstrucción de Jerusalén,
más en concreto, del muro y de la plaza, 93 años después de su
oración. En el libro de Nehemías, encontramos un registro de
dicha orden. Nehemías era el copero de Artajerjes, rey de
Persia, y 94 años después de que Daniel hubiera orado por la
restauración de la ciudad de su pueblo, él también compartía
esta preocupación por el estado de Jerusalén.
El templo fue reconstruido en el año 516 a.C., pero los judíos
tenían pocas ganas de volver a una ciudad desprotegida y sin
muros. Por eso Nehemías oró para que la ciudad fuese restaurada.
El rey, viendo la tristeza de Nehemías, le preguntó por qué
estaba triste y Nehemías se lo dijo. Artajerjes le concedió su
petición y le dio órdenes de reconstruir las puertas de la
ciudad y los muros(Nehemías 2:1-8).
1
“Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajerjes,
que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví al
rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,
5 y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo ha hallado
gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de los
sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
8. y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me
dé madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa,
y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré.
Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre
mí.”
Nehemías 2:
1,5,8
La orden se dió en Marzo/Abril del 444 a.C. El reino de
Artajerjes empezó en el año 464 a.C., por lo tanto, éste era su
vigésimo año de reinado. El mes de Nisán es el primer año en el
calendario Judío y equivale a Marzo/Abril.
El
reloj de Dios empezó con la orden del rey de Persia.
(ver “la línea del tiempo de Daniel” nº1)
La línea
del tiempo hasta el Mesías Príncipe
Con el punto de partida establecido en “la salida de la
orden”, la próxima división en el tiempo es “hasta el
Mesías Príncipe”. Gabriel le informa a Daniel del tiempo
establecido. El reloj empieza con la orden y continúa “hasta
el Mesías Príncipe”.
La
palabra “Mesías” significa ungido o escogido y hace
referencia a reyes, sacerdotes y profetas, pero en última
instancia la palabra hacía referencia a la venida de un Rey
eterno que reinaría sobre el trono deDavid (2ª Samuel 7:13,
Isaías 9:7, Daniel 7:14, Jeremías 23:5). Gabriel identifica a
esta persona como el Mesías Príncipe o gobernador. La
palabra hebrea para “príncipe” es “dygn
Nagiyd” y
significa gobernante, líder, capitán o príncipe.
Gabriel divide el primer segmento (483 años) desde la orden
hasta el Mesías príncipe en dos partes, la primera, que
consta de un período de 7 semanas (7x7=49 años) y otro período
de 62 semanas (62x7=434 años), dando un total de 483 años.
(ver “el reloj
profético” nº2)
“habrá siete semanas y
sesenta y dos semanas”
El reloj empieza con la orden y continúa durante 483 años
hasta el Mesías el Príncipe.
Este período de 483 años está dividido pero es
contínuo. Las siete semanas, o periodo de 49 años, hacen
referencia a la reconstrucción de Jerusalén en tiempos
angustiosos, lo cual empezó con la orden en Nehemías 2:8, en
marzo del 444 a.C. y continuó durante los próximos 49 años.
En Nehemías 2 al 7 se cubren los detalles de los tiempos
angustiosos. Desde este punto hasta el Mesías Príncipe
pasarían otros 434 años. A esto se refiere Daniel 9:25
cuando dice lo de “en tiempos angustiosos"
(Ver la “línea del tiempo de Daniel” nº2)
El segundo período, "Hasta el Mesías el Príncipe"
consta de otros 434 años a partir del momento en que el
trabajo de Nehemías y sus sucesores se completa. Pero, ¿quién es
este Mesías Príncipe o gobernador ungido? ¿Podría ser cualquier
rey o gobernador de Judá? No, por que, para empezar, el Mesías
tiene que encontrarse en la línea de tiempo, lo que significa
que tendría que existir y ser eliminado al final de las 69
semanas o 483 años, tomando como punto de partida la orden dada
en el 444 a.C.
(Ver “la línea del tiempo de Daniel”nº3).
¿Calendario lunar o
Solar?
Si empezamos a contar en marzo del 444 a.C. y substraemos
483 años, obtenemos el año 39 d.C. No obstante, primero
de todo hay que tener en cuenta un problema: un año en tiempos
de Daniel era lunar y no solar. Actualmente usamos el calendario
Gregoriano, que determina la longitud de un año a partir del
sol, pero los judíos usaban la luna. De aquí proviene la palabra
“mes”, que tiene su orígen en el latín “mensis” (mes), que a su
vez proviene del griego “mene”, que significa “luna”. La
longitud de un año Lunar era diferente de la de un año Solar. Un
año solar es el número de días que la tierra tarda en girar
alrededor del Sol y volver a la misma posición.
La duración de un año en términos bíblicos es, por lo tanto,
diferente del sistema Gregoriano actual. El sistema bíblico era
lunar mientras que el Gregoriano es Solar. Por lo tanto, un mes
constaba de 29 días y de 30 días cada dos meses, agregando cada
cinco o seis años un mes extra que no era bíblico. En Génesis
7-8 podemos observar que el diluvio duró 5 meses o 150 días: un
mes eran 30 días. Un día tenía 24 horas en tiempos de Daniel,
como actualmente. Si usamos días en lugar de años, podemos
hacer cuadrar los dos métodos.
(Ver el gráfico con la adaptación del tiempo)
1. Sabemos que hay 360 días en un año bíblico.
360 x 483=173,880 días
2. Hay 365.242 días en un año de nuestro calendario.
3. Si dividimos nuestros 365.242 días entre 173,880 días,
obtenemos 476 años y 24 días.
4. Substraemos 476 años de 444 a.C y llegamos al año 33d.C. y
agregamos 24 días (año 0, que es 1)
La orden se dio en el mes de Nisán. Nisán corresponde a
Marzo/Abril de nuestro calendario. Por consiguiente, 69 semanas
finalizan el día 24 de Nisán o, aproximadamente, en el
29 de marzo del año 33 d.C.
Una vez estos años se adaptan a nuestro
calendario,
obtenemos que "el Mesías Príncipe" fue eliminado o matado
en el año 33 d.C. ¿Quién murió en ese año y decía ser el Mesías
y gobernante de Israel? Examinando las profecías bíblicas sobre
el Mesías podemos extraer sólo una conclusión: el "Mesías
Príncipe" eliminado no era otro sino Jesús de Nazaret
que afirmaba ser el Mesías o Cristo (que es la palabra griega
usada para “Mesías”). ¿Pero por qué moriría o sería asesinado el
Mesías? ¿Dan soporte otros escritos al hecho de que el Mesías
fuera eliminado o asesinado?
El Mesías, el Príncipe eliminado
"Y después de las
sesenta y dos semanas Se quitará la vida al
Mesías, mas no por sí; Y el pueblo de un
príncipe que ha de venir Destruirá la ciudad y
el santuario; Y su fin será con
inundación, Y hasta el fin de la
guerra durarán las devastaciones”
Daniel 9:26
(Ver “la línea del
teimpo de Daniel” nº3)
Gabriel informa a Daniel de que después de la
división de 62 semanas o 434 años, el Mesías sería eliminado.
La palabra hebrea para eliminar es “trk Karath” y
significa “asesinar o eliminar”. Gabriel le dice a Daniel que el
Mesías el gobernador será asesinado después del período de 434
años. ¿Es coherente con las Escrituras el hecho de que el
Mesías sería asesinado?
Las dos descripciones del Mesías
Gabriel le explica a Daniel que el Mesías
será asesinado o eliminado, pero no por sí mismo.
Aquí Gabriel está informando a Daniel sobre la doble naturaleza
de este Mesías, ya que le dice que éste será un Príncipe, pero
que morirá, aunque no por sí. Esta doble naturaleza del
Mesías como Rey y Siervo Sufridor se desarrolla claramente en
Isaías 52:13 a 53:12, lo cual fue escrito 700 años antes del
nacimiento de Jesús.
13 “He aquí que mi siervo será prosperado, será
engrandecido y exaltado y será puesto muy en alto.14 Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue
desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más
que la de los hijos de los hombres,
15así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él
la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán
lo que jamás habían oído”.
Isaías 52:13-15 (RVA)
Isaías describe al siervo de Dios que será exaltado muy en
alto, pero antes de esto se dice que será un hombre, hijo
de hombres, que sufrirá y será desfigurado. Este
Siervo será exaltado por encima de las naciones (Gentiles) y
reyes, que comprenderán cuál es la "verdadera" naturaleza de
este siervo.
Esta descripción del Mesías Príncipe que es
eliminado concuerda con la descripción que hace Isaías del
Siervo que será exaltado después de ser humillado.
Isaías continúa explicando la razón de la muerte de
este Siervo que será puesto muy en alto.
“Mas Él herido fue por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados;
el castigo de nuestra paz fue sobre él,
y
por su llaga fuimos nosotros curados
Por cárcel y por juicio fue quitado;
y
su generación, ¿quién la contará?
Porque fue cortado de la tierra de los vivientes,
y
por la rebelión de mi pueblo fue herido.”
Isaías
53:5,8
Isaías nos dice que el Siervo que será exaltado murió por
nuestras rebeliones y pecados y que se le quitó la vida por las
rebeliones de “Mi pueblo”. En Daniel 9:26, Gabriel le
dice que se le quitará la vida al Mesías Príncipe, mas no por
sí. El Siervo que aparece en Isaías y el Mesías Príncipe
de Daniel son la misma persona, Jesús de Nazaret, que murió por
los pecados de humanidad.
¿Cuál
es la naturaleza del Mesías?
En Daniel e Isaías vemos que el próximo Mesías será
un hombre, un descendiente de los hijos del hombre(Isaías
52:14, Daniel 9:26). ¿Es el Mesías más que un simple hombre? En
Zacarías 12:10, que fue escrito aproximadamente en el 520
a.C, leemos sobre alguien que librará a Israel y a Judá de los
ejércitos del mundo y leemos asimismo que “ y mirarán a mí, a
quien traspasaron” y que “los habitantes de Jerusalén
llorarán como se llora por hijo unigénito”. Desde el
principio del capítulo 12, El Señor está hablando en primera
persona a través de Zacarías. En Zacarías 12:10, el
Señor le dice a Israel que “y mirarán a mí, a quien
traspasaron”, pero, ¿cuándo traspasaron los habitantes de
Jerusalén a Dios?
35
10"Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de
Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a
quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo
unigénito, afligíendose por él como quien se aflige por el
primogénito”
Zacarías
12:10 (RVA)
Isaías confirma la doble naturaleza del Mesías. En Isaías
9:6-7, se nos dice que el Mesías será de descendientes humanos
("un niño nos es nacido"), quien, por otra parte, será
también Dios porque se identifica como, "Dios Todopoderoso,
Padre Eterno". Sabemos que éste es el Mesías porque se
sienta sobre el "el Trono de David" y su reino es "para
siempre".
36
6
“Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable,
Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7
Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre
el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y
confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para
siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”.
Isaías 9:6-7 (RVA).
El Mesías Príncipe de Daniel 9:25-26 es tanto
el Siervo que sufriría por los pecados del hombre (Isaías
53), como el Príncipe de Paz que reinará un día sobre la
humanidad como Rey y Dios (Isaías 9:6-7). Lo que nosotros vemos
es la doble naturaleza del Mesías presentada en las
Escrituras.
Dios confirma la identidad de este Mesías
rebelándonos años antes de su nacimiento el día y año exactos en
que sería asesinado y lo que seguiría a su muerte.
Las Setenta semanas de Daniel establecen y
cierran este periodo de tiempo diciéndonos que después de que el
Mesías fuese eliminado, Jerusalén y el Templo serían
destruidos. Estableciendo una fecha específica en el 70 d.C.,
podemos pues saber que el Mesías vino antes de la destrucción
del santuario y de la ciudad en el 70 d.C.
Después de que se le
quite la vida al Mesías
"Y después de las sesenta y dos semanas
Se quitará la vida al Mesías, mas no por sí;
Y
el pueblo de un príncipe que ha de venir
Destruirá la ciudad y el santuario;
Y
su fin será con inundación,
Y
hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.
Daniel 9:26 (RVA)
¿Qué viene después de la muerte del Mesías Príncipe? A
Daniel se le dice que después de la muerte del Mesías se
destruiría Jerusalén y el Templo. Desde la perspectiva de
Daniel, estamos viendo la “futura” destrucción de Jerusalén
después de la restauración, que la llevará a cabo “el pueblo
de un príncipe que ha de venir". Llegados a este punto, Daniel
está orando por la restauración de Jerusalén. La ciudad fue
destruida por los babilónicos cuando él estaba en Babilonia en
el 586 a.C. El ángel Gabriel está diciéndole a Daniel que la
ciudad de Jerusalén será destruida de nuevo después de que
hubiera sido reconstruida gracias a la orden que dio Artajerjes.
(Daniel 9:25)
38
En el 70 d.C., el general romano Tito, hijo del Emperador
Vespasiano, sitió Jerusalén y destruyó la ciudad y el Templo.
Hoy en la ciudad de Roma, un monumento de casi 2000 años, el
Arco de Tito, conmemora la victoria de los ejércitos romanos
sobre Jerusalén. En los relieves del arco están los tesoros
que se llevaron de Jerusalén, incluída una escultura de oro de
la Menora, cogida del segundo Templo.
Después de lo de que "se quitará la vida al Mesías",
lo cual ocurrió en el 33 d.C., se dice que “el pueblo de
un príncipe que había de venir destruiría la ciudad y Templo”.
La historia verifica lo que pasó después: el ejército romano
desmontó el Templo judío literalmente piedra por piedra para
buscar oro fundido del templo quemado. Roma asesinó a más de un
millón de judíos en el 70 d.C. Josefo, un general judío y
cautivo romano, fue testigo de estos eventos que más tarde
relató en su libro, Las Guerras judías.
39
En el año 132 d.C., Rabí Akiva se rebeló contra las duras leyes
que había impuesto el emperador romano Adriano en contra del
judaísmo y proclamó a Simón Bar Coziba (Bar Kochba) como
Mesías. La sublevación duró tres años, finalizando en el
135 d.C., y como consecuencia, Jerusalén volvía a ser destruída,
quedando totalmente arrasada y dejando 580.000 judíos muertos a
manos de los romanos.
A
Roma le vino muy bien esta revuelta judía, ya que en el mismo
sitio donde quedaron las ruinas de Jerusalén construyeron una
nueva ciudad romana, la Colonia Aelia Capitolina, que
estaba dedicada al dios Júpiter. El nombre de Judea/Israel fue
cambiado por el de Palestina. Adriano prohibió que los
judíos entrasen en la ciudad.
Los romanos hicieron que el pueblo judío se dispersara por todo
el mundo con el fin de que no hubiera más sublevaciones. Las
maldiciones de Deuteronomio 28:64-65 y de 2ª de Crónicas
7:19-21 se habían cumplido, ya que Israel era esparcido
por toda la tierra y el templo era destruído.
La destrucción de Roma tuvo lugar unos 600 años después de que
Daniel orara para que Jerusalén fuera restaurada. Gabriel
le dijo a Daniel que su ciudad sería restaurada pero que
volvería a ser destruída después de que el Mesías fuera
asesinado.
40
El templo e Israel como señales
Gabriel le dice a Daniel que después de la destrucción de
Jerusalén y del Templo, "su fin será con inundación, y hasta
el fin de la guerra durarán las devastaciones". Después de
los años 70 d.C. y 135 d.C. Jerusalén ya había sido destruída en
dos ocasiones, Roma había asesinado alrededor de un millón y
medio de judíos y el pueblo judío había sido esparcido por la
tierra. De acuerdo con 2ª de Crónicas y Deuteronomio 28, Israel
y el Templo eran señales de obediencia y desobediencia. Si
Israel obedecía a Dios, sería bendecido, por el contrario, si no
le obedecía y le rechazaba, sería esparcido y el Templo sería
destruído.
¿Qué pasó para que le ocurrieran estas tragedias a los judíos en
los años 70 y 135d.C.? Gabriel ya anunció que estos hechos
tendrían lugar después de que el Mesías fuese eliminado. Por lo
tanto, el rechazo de Israel hacia el Mesías Príncipe, el hecho
de que fuese eliminado en el 33 d.C. y la destrucción tanto del
Tempo como de Jerusalén 37 años después están directamente
relacionados. Que Israel y el Templo hubieran sido destruidos
eran señales de la desobediencia de Israel. Sin embargo, el
Reloj Profético
se detuvo en la semana 69 cuando se le quitó la vida al Mesías,
después de la cual tenían que venir las desolaciones hasta la
semana 70, ya que, tal y como dijo Gabriel “y
hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones”.
Devastaciones hasta el fin
Jerusalén se tenía que encontrar en un estado de
devastación hasta el fin. Aunque, llegados a este punto sólo
habían pasado 69 semanas en el reloj. Roma se convirtió en el
Imperio Bizantino y su control sobre Jerusalén cayó con la
invasión de los ejércitos musulmanes en el 638 d.C. Durante los
siguientes 1300 años, los musulmanes controlaron Jerusalén y las
tierras de Israel.
El Islam empezó en el 610 d.C., cuando Mahoma dijo
haber recibido revelaciones del Dios de Abraham, Isaac y Jacob;
afirmaba haber viajado hasta Jerusalén en una visión nocturna y
haber ascendido hasta el cielo desde la cima del Monte Moriah
para encontrarse con los profetas que había habido antes de
él.
Después de que los ejércitos del Islam hubieran
conquistado la ciudad, construyeron la Cúpula de la Roca,
también conocida como mezquita de Omar, situada encima del Monte
Moriah, donde había estado el tempo hasta el 688 d.C. Hoy, la
Cúpula de la Roca es el tercer llugar más sagrado para el
Islam.
64 “Y Jehová te esparcirá por todos los pueblos, desde un
extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a
dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la
piedra.
65 Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu
pie tendrá reposo; pues allí te dará Jehová corazón temeroso, y
desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma”
Deuteronomio 28:64-65
Israel se esparció después de la muerte de "el Mesías Príncipe",
cumpliendo así lo que había prometido Dios en caso de que Israel
le rechazase. El número de años quedó determinado en 490, y ya
se habían cumplido 483 con la muerte del Mesías.
Todavía tenían que pasar 7 años para que se cumpliesen los 7
hechos de Daniel 9:24:
El mismo pacto de la promesa de que habría una diáspora
para el pueblo judío, tenía otra parte en la que se aseguraba
un día en el que éste se volvería a unir.
4 “Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más
lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu
Dios, y de allá te tomará;
5
y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus
padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más
que a tus padres”
Deuteronomio 30:4-5 (RVA)
43
Gabriel le dijo a Daniel: “hasta el fin...durarán las
devastaciones”. Dios le prometió a Israel un día en el que
lo volvería a unir. La nación judía de Israel se formó en mayo
de 1948 después de que los Nazis alemanes no consiguieran su
propósito de exterminarlos. La nación judía se formó de las
personas que quedaron después de la dispersión romana 1900
años antes. La unión del pueblo judío es uno de los
eventos más profetizados en las Escrituras.
35 “Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las
leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que
parte del mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su
nombre
36 Si faltaren estas leyes delante demí, dice Jehová, también
la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante
de mí eternamente”·
Jeremías
31:35-36 (RVA)
El Señor le dijo a Jeremías que si las leyes del sol, las
estrellas, la luna y los océanos faltasen, entonces los
descendientes de Israel dejarían de ser una nación. Dios quiso
tranquilizar a Jeremías, diciéndole que, a pesar de Sus juicios,
la relación de Dios con Israel sería eterna.
Las
70 Semanas de Daniel
Sólo 69 semanas de años habían tenido lugar en el pueblo
judío hasta el momento. Desde cuando se dio la “orden” de
restaurar y construir Jerusalén hasta "el Mesías Príncipe" había
483 años, sin embargo, el número de años determinado sobre el
pueblo de Daniel eran 490: todavía faltaban siete años para que
se cumplieran los 490 años.
¿Tuvieron lugar estos siete años después de la muerte del
Mesías?
Un espacio de tiempo
vacío entre la semana 69 y la 70.
En Daniel 9:26 el hecho de que "se le quitará la vida al
Mesías” (Ver la Línea del Tiempo de Daniel nº3)
ocurrió en el 33 d.C, a lo cual siguió la destrucción de la
ciudad del templo, llevada a cabo por "el pueblo de un
príncipe que ha de venir”. Aquí se menciona a este "pueblo", que
eran los romanos bajo el imperio de Tito en el 70 d.C., pero
también se dice que hay "un príncipe que ha de venir".
Este pueblo y este príncipe están unidos pero a la vez separados
en el tiempo. El pueblo que destruiría Jerusalén y el Templo
estaría formado por descendientes del príncipe futuro, el cual
sería a su vez un descendiente de los que destruyeron Jerusalén,
los romanos. Al final de la semana 69, que acabó con la muerte
del Mesías Príncipe, tenía que pasar un periodo de 37
años antes de que el resto del versículo 26 se cumpliera. Se
puede ver que la semana 70 no tendría lugar inmediatamente
después de la semana 69, por lo que se puede decir que hay un
paréntesis en el tiempo entre estas dos semanas.
Este paréntesis en el tiempo se puede ver también en Zacarías
9:9 y 9:10, donde el versículo 9 habla del Mesías entrando en
Jerusalén en un asno y el 10, del Mesías gobernando a las
naciones. Este paréntesis en el tiempo se conoce como
Condensación Profética. Esta condensación profética
también aparece en Isaías 9:6 y 9:7. El Mesías es nacido
niño en el versículo 6 y en el versículo 7 gobierna sobre el
trono de David. En Daniel 9:26 el Mesías es eliminado y el reloj
profético se detiene con un periodo de 7 años que falta
cumplir. Daniel 9:27 nos dice cuáles son las circunstancias que
rodean a esta semana 70.
El
Príncipe que ha de venir
“Y
por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la
semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Despuéscon la
muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que
venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre
el desolador”.
Daniel
9:27 (RVA)
La línea del tiempo de
Daniel nº 4.
El templo y la ciudad de Jerusalén se destruyeron treinta
y siete años después de la muerte del Mesías Príncipe.
Esta sucesión de hechos es importante por cuatro razones:
1. la semana 70 forma parte de los 490 años pero no vendría
inmediatamente después de las 69 semanas.
2. Los 7 años restantes se centrarán en Israel y en el Templo
judío futuro.
3. el futuro "Príncipe que ha de venir" está relacionado
con el pueblo judío y el sacrificio en el templo.
4. Tito y los romanos destruyeron el Templo en el 70 d.C. y
actualmente no existe ningún templo.
Por lo tanto, todavía tiene que construirse un templo judío.
Este príncipe es de descendencia romana porque Gabriel lo
identifica como futuro príncipe de las personas que destruyeron
la ciudad de Jerusalén y el Templo. Hay que situar al "Príncipe
que ha de venir" en un tiempo futuro. ¿Qué función tendrá
este príncipe? La respuesta la encontramos en la semana 70 (Dan
9:27). El Templo y la ciudad se destruyeron en el 70d.C,
pero aunque la ciudad se restauró, el templo continúa destruído.
Hoy el tercer lugar más sagrado para el Islam es la Cúpula
de la Roca, que se sitúa donde se erguía el templo. Un resto de
lo que fue el Templo es el muro de las lamentaciones.
En Daniel 9:27 se nos dice que "Él confirmará", que el "Príncipe
que ha de venir" hará un pacto para poner en marcha el
sistema sacrificatorio de culto que se detuvo cuando los
ejércitos romanos destruyeron el Templo. Él permitirá a Israel
reconstruir el Templo. La palabra hebrea para confirmar es “rbg
Gabar” que quiere decir “prevalecer, tener fuerza, ser
fuerte”. El príncipe que ha de venir usará el poder
militar para traer paz al mundo.
El Templo judío Futuro
"Por otra semana Él
confirmará el pacto con muchos":
Dios sólo permitió una ubicación para la contrucción
del Templo: la ciudad de Jerusalén, en la cima del Monte Moriah.
El Monte del Templo está ahora ocupado por la Cúpula de la
Roca. Mahoma afirmaba haber ascendido desde el Monte Moriah
hasta el cielo, donde se encontró con Jesús, Moisés y Abraham y
donde, según él, Dios le mostró cuál era el método de adoración
adecuado para los musulmanes.
La Cúpula de la Roca es un lugar muy sagrado para el Islam
porque confirma al mundo musulmán cuál es la verdad de su
religión. Actualmente, los musulmanes son 1.300.000.000
millones, por encima del 20% de la población total de la
Tierra.
Alrededor del mundo hay 20 millones de judíos, pero
sólo 5 millones viven en Israel. Los derechos globales de los
musulmanes sobre Jerusalén oriental incluyen el Monte del
Templo. La Guerra árabe-israelí de 1967 dio a Israel poder sobre
el Monte del Templo. Haste el día de hoy, Israel ha
permitido que los musulmanes administren este lugar sagrado con
el fin de conservar la paz mundial, pero la presión está
creciendo en Israel porque se quieren confirmar los derechos
territoriales de Jerusalén como "Capital Eterna" del pueblo
judío. Esto es lo que hace que Israel esté enemistado
con todo el mundo
Aunque actualmente Israel tiene un aliado que garantiza su
seguridad, los Estados Unidos. La presión está creciendo para
que Israel haga la paz y devuelva el Monte del Templo, para así
hacer de Jerusalén una ciudad global, pero Israel rechaza lo que
la comunidad internacional le sugiere para mantener la paz. El
mundo ve la paz entre Israel y sus vecinos musulmanes como la
clave para la paz mundial, lo cual crea problemas serios para
Israel. Los profetas de Israel predijeron grandes conflictos en
Jerusalén que involucrarían a las naciones del mundo. Más de 3
mil millones de personas de los 6 totales que hay en la Tierra
tienen una conexión espiritual con Jerusalén: los católicos, que
son mil millones; los protestantes, que también son mil
millones; los musulmanes, que son 1.300 millones y los judíos,
que son 20 millones.
“Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos
los pueblos; todos lo que se la cargaren serán despedazados,
bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella”
Zacarías 12:3 (RVA)
La unión de la restaurada nación de Israel después de haber
estado esparcida por diferentes naciones del mundo fue un evento
sobre el que Ezequiel escribió hace unos 2500 años.
En los capítulos 36 y 37 de Ezequiel se detallan los eventos de
un pueblo esparcido y desesperado que se reúne un ejército
poderoso para el propósito de Dios.
21 “y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo
a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron,
y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra”
Ezequiel 37:21 (RVA)
Lo que sigue en los capítulos 38 y 39 de Ezequiel es una guerra
que tendrá lugar en el futuro lejano de Israel tomando como
referencia el tiempo del profeta. Algunas de las naciones
involucradas en este ataque futuro son Israel, Irán, Libia,
Etiopía y Rusia. De una manera maravillosa podemos leer cómo la
mano de Dios garantiza la victoria de Israel en esta guerra.
8
“De aquí a muchos días serás visitado; al cabo de años vendrás a
la tierra salvada de la espada, recogida de muchos pueblos, a
los montes de Israel, que siempre fueron una desolación; mas fue
sacada de las naciones, y todos ellos morirán
confiadamente.”
Ezequiel 38:8
Ezequiel describe este evento por medio de calificadores
distintos:
“recogida...a los
montes de Israel”
(en un Israel físico)
“Israel...que siempre
fueron una desolación”(después
de un largo periodo de tiempo)
“mas fue sacada de las naciones”.
Estos eventos sólo se pueden cumplir en el actual estado de
Israel. Ezequiel fue llamado en el 593 a.C. y en menos de 60
años Ciro permitió que el pueblo de Israel volviera (Esdras 1,
en el 536 a.C.). 60 años no es mucho comparado con 1900 años
Desde el capítulo 40 hasta el 43 de Ezequiel se nos
dan los detalles de un Templo recién reconstruido, de sus
medidas exactas y de cómo se debe llevar a cabo el culto en el
mismo. Este Templo sigue la confrontación de Ezequiel 38 y 39.
Sólo con el apoyo de las naciones y la derrota del
poder islámico se le permitiría a Israel construir el Templo
judío. El Monte Moriah, o Monte del Templo, contiene las 5.000
hectáreas más valiosas del mundo actual. Por esta razón, el
"Príncipe que ha de venir" traerá paz temporal al mundo
haciendo un trato con la nación de Israel. Este acuerdo durará
siete años y no sólo atañerá a Israel, sino a otros, ya que se
nos dice que "y por otra semana confirmará el pacto con
muchos”.
A mitad de la semana
(Ver
la Línea del tiempo de Daniel nº6)
El "Príncipe que ha de venir" romperá el mismo trato que hizo
con Israel y pondrá fin al culto y al sacrificio en el Templo.
El descanso del pacto se producirá a los 3 años y medio del
pacto de los 7 años totales.
"a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la
ofrenda".
Lo que viene después será un periodo de horror y
destrucción sin precedentes en la historia del hombre y
finalizará con el retorno del Mesías Príncipe a quien “se le
quitó la vida”. Jesús advierte de este tiempo futuro en la
historia de Israel. Jesús también hace referencia a un Templo
futuro que todavía ha de ser construido. Él predijo la
destrucción del segundo Templo en el año 70 d.C. en Mateo 24:2,
cuando los romanos derribaron cada una de sus piedras. En Mateo
24:15 Jesús se refiere al tiempo del fin como a la “abominación
desoladora” en el “lugar santo” (El Templo). La abominación
desoladora se refiere a la abominación del Templo. Sólo en el
libro de Daniel, en el Antiguo Testamento, se hace referencia a
la abominación desoladora tres veces, en cada uno de los casos
se refiere al Templo y a su abominación en el momento del fin.
(Daniel 9:27, 11:30,
12:11).
14 “Y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo,
para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)
16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes
21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido
desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”
Mateo 24:15-16,21 (RVA)
La Línea del Tiempo de
Daniel nº5
¿Quién es el Príncipe que ha de venir?
El reino de este príncipe venidero es descrito en Daniel 7,
donde se nos dice que su reino será distinto de cualquiera que
hubiera existido antes, ya que será un reino religioso, militar
y afectará a toda la tierra. Diez países o reyes que dirijan
estos países, compondrán su imperio. El líder de este reino será
romano o de descendencia europea, porque tal y como dijo
Gabriel, sería “el pueblo de un príncipe que ha de venir” y el
pueblo que vino fue el de los romanos, que se llevó a Roma
todas las posesiones de Jerusalén y las exhibió, como solían
hacer los ejércitos romanos cuando vencían. El futuro líder
mirará hacia las glorias pasadas del imperio romano. La historia
europea muestra que los gobernantes de Europa siempre han
intentado reclamar el título de “Emperador de Roma”. Algunos
ejemplos son Carlomagno, Napoleón, el Zar (César) Peter de
Rusia, el Kaiser (César), Wilhelm de Alemania e incluso Hitler,
que también reclamó un título al Imperio romano. Pero la
diferencia es que este imperio tendrá éxito donde otros
fallaron. El príncipe que ha de venir será un descendiente de
los ejércitos que marcharon hacia Jerusalén.
Actualmente la unificación de Europa es un hecho que ya existe
en nuestra historia, y aunque la unión no se ha acabado de
definir del todo, su apoyo en los estados miembros es cada vez
más firme conforme va pasando el tiempo. Hay un congreso
europeo, burocracia y estructura de control que se ejercen en
los estados miembros. El Euro se convirtió en moneda oficial el
1 de enero de 2002 y el Franco francés, el marco alemán y otras
divisas desaparecieron de la historia. Europa está en proceso
de crear su propio ejército además del de la OTAN. No obstante,
todavía falta un líder poderoso que se haga cargo de las
naciones y las unifique con un objetivo común.
En el libro de Daniel encontramos detalles sobre este futuro
líder europeo: su reino será el resultado de la unión de 10
naciones y será diferente de cualquier otro que haya existido
antes.
Un "Príncipe que ha de venir” muy útil
El concepto de un líder mundial es cada día más
necesario debido a que el mundo cada vez está más cerca de un
holocausto nuclear. Actualmente, todos los dictadores, por
insignificantes que sean, ven en las armas nucleares su
salvación, porque sólo con ellas países como Irán y Corea del
Norte pueden sentirse seguros ante la amenaza de un
“superpoder”. El conocimiento en tecnología nuclear plantea el
riesgo de que algún día ciudades metropolitanas importantes como
Nueva York, Londres o París sean reducidas a cenizas con un
ataque nuclear.
La posibilidad de un ataque nuclear por parte de
terroristas islámicos está forzando al mundo a unirse contra
esta amenaza que podría destruir cualquier ciudad de millones de
personas fácilmente. La idea de un líder mundial para unir al
mundo contra semejante evento es, por lo tanto, hoy por hoy, más
práctica que nunca. Daniel predijo la llegada de un poder
mundial diferente de cualquier otro desde la existencia de las
naciones.
23 “
Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra,
el
cual será diferente de todos los otros reinos,
y a
toda la tierra devorará,
trillará y despedazará.
24
Los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán
diez reyes;
y
tras ellos se levantará otro,
el
cual será diferente de los primeros, y derribará a tres reyes.”
Daniel 7:23-24 (NKJV)
Su reino será brutal, dictatorial y religioso; Él perseguirá
a cualquier religión rival, incluyendo a aquéllos que siguen al
verdadero Dios, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Este periodo
de gran persecución durará 3 años y medio y tendrá lugar después
de que el culto y el sacrificio en el Templo se detengan. Con
esto se completarán los 7 años de las 70 Semanas.
59
25 “Hablará palabras contra el Altísimo,
a
los santos del Altísimo quebrantará
y
pensará en cambiar los tiempos y la Ley;
y
serán entregados en sus manos hasta tiempo, tiempos y medio
tiempo.
26 Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio,
para que sea destruido y arruinado hasta el fin”
Daniel 7:25-26
Su fin llegará con la venida del Mesías que acabará con el
resurgido reino romano y establecerá Su propio reino, el cual no
tendrá fin. Pero hasta ese momento tendrán lugar persecuciones
que afligirán a aquéllos que siguen a Dios y serán las peores
jamás vistas en la tierra. Imagine a Adolph Hitler ganando la
IIª Guerra Mundial y sembrando el terror en la tierra durante 3
años y medio de reinado, pues esto será lo que ocurrirá con el
descendiente romano, el príncipe que ha de venir, pero su fin no
será el resultado de ninguna intervención humana.
Daniel y Jeremías describen esto como un tiempo sin igual en la
historia pasada y futura de la humanidad.
Jeremías lo llamó el “tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías
30:7) y Daniel dijo que sería un “tiempo de angustia, cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces” (Daniel 12.1).
Según el libro de
Apocalipsis, en los primeros 3 años y medio morirá por lo menos
la mitad de la población mundial como resultado de la guerra y
los juicios que tendrán lugar. El libro de Apocalipsis revela
detalles específicos sobre la semana 70 de Daniel: de los
capítulos 6 al 19 de Apocalipsis se describe este periodo de
siete años y de los capítulos 6 al 9 se hace referencia a la
primera mitad de la semana 70 de Daniel. Los eventos de la
primera mitad de la tribulación, incluyendo la abominación
desoladora, se cubren entre de los capítulos 10 al 13. La última
mitad de la tribulación aparece en los capítulos 14 al 19,
incluyendo la segunda venida de Cristo.
(Ver el gráfico de la Semana 70 de Daniel)
Antes de que Jesús muriera crucificado mirando hacia Jerusalén
desde la distancia, habló a sus discípulos acerca del futuro de
Jerusalén,
38 “Vuestra
casa os es dejada desierta
39 pues
os digo que desde ahora no volveréis a verme hasta que digáis:
“¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”.
Mateo 23:38-39
Jesús predijo que habría un día en el que Israel lo acepataría
como Mesías, aunque antes hubiera sido rechazado. Ésta es la
doble naturaleza del Mesías sufridor y Rey victorioso.
Un futuro Israel desvalido aceptará al Mesías como su único
salvador y lo rechazará como Mesías sufridor.
Después de esto habrá un tiempo de gran persecución para el
pueblo judío,
13 “Miraba
yo en la visión de la noche,
y
vi que con las nubes del cielo
venía uno como un hijo de hombre;
vino hasta el Anciano de días,
y
lo hicieron acercarse delante de él.
14 Y
le fue dado dominio, gloria y reino,
para que todos los pueblos,
naciones y lenguas lo sirvieran;
su
dominio es dominio eterno,
que
nunca pasará;
y
su reino es uno que nunca será destruido.
21 Y
veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos y los
vencía,
22 hasta
que vino el Anciano de días, y se hizo justicia a los santos del
Altísimo;y llegó el tiempo, y los santos recibieron el
reino.”
Daniel 7:13-14,21-22 (RVA)
En el capítulo 2 de Daniel, el Rey Nabucodonosor tiene un sueño
y Daniel es el único hombre en Babilonia que conoce tanto el
sueño como su significado, porque Dios se lo rebeló. El rey vio
una gran estatua con la imagen de un hombre, cuya cabeza era de
oro; sus brazos y pecho eran de plata; su vientre y muslos, de
bronce; sus piernas, de hierro y una parte de sus pies era de
hierro y la otra de barro.
Mientras la imagen seguía en pie, se desprendió una piedra de un
monte sin que la cortara mano alguna, e hirió a los pies de
hierro y barro cocido y los desmenuzó, entonces la imagen se
desmenuzó y se la llevó el viento. Pero la piedra que hirió a la
imagen se hizo un gran monte que llenó toda la tierra. El Señor
le dice a Daniel que el monte representa el Reino de Dios que
permanecerá para siempre y que la piedra representa al Mesías
que destruirá a los ejércitos de la humanidad que se opongan al
gobierno de Dios en la tierra.
44 “ En
los días de estos reyes, el Dios del cielo levantará un reino
que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro
pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él
permanecerá para siempre"
Daniel 2.44 (RVA)
"El mesías Príncipe" volverá
El Mesías que fue eliminado en el 33 d.C. es el que
volverá como Rey victorioso para vencer a los ejércitos de la
tierra y a su futuro "Príncipe que ha de venir" cuando
finalice la semana 70. Los 490 años del tiempo establecido sobre
el pueblo judío y Jerusalén concluirán con Jesús el Mesías a
quien se rechazó con desprecio cuando vino por primera vez. Las
Escrituras nos cuentan que alguien muy importante sufriría a
manos de la humanidad pero que más tarde se le otorgaría el
dominio de la Tierra.
Ver la Línea del
Tiempo de Daniel nº6
14 “Como se asombraron de
ti muchos
(pues de
tal manera estaba desfigurada su apariencia,
que su
aspecto no parecía el de un ser humano),
15 así
asombrará él a muchas naciones.
Los reyes
cerrarán ante él la boca,
porque
verán lo que nunca les fue contado
y
entenderán lo que jamás habían oído.”
Isaías 52:14-15 (RVA)
Esta persona no es otro sino Jesús de Nazaret, "el Mesías
Príncipe" a quien se le quitó la vida aunque no por sí, sino
que lo hicieron otros. Los otros tuvieron que ser toda la
humanidad con el fin de que se les pudieran perdonar los
pecados. La muerte del Mesías era el cumplimiento de lo que los
profetas predijeron que pasaría, incluso se había predicho más
de 700 años antes de que tuviera lugar el rechazo al cual sería
sometido.
64.
3
“Despreciado y desechado entre los hombres,
varón de
dolores, experimentado en sufrimiento;
y como que
escondimos de él el rostro,
fue
menospreciado y no lo estimamos.”
Isaías 53:3 (RVA)
Dios demuestra que su palabra es verdadera revelando eventos
antes de que sucedan.
Jerusalén es rodeada
Los sucesos que tendrán lugar entes de que vuelva el mesías
están detallados en Zacarías 12, donde se nos dice que Jerusalén
será motivo de preocupaciones y miedos en toda la tierra.
Los judíos y Jerusalén serán causa de frustración para las
estructuras de poder políticas de todo el mundo.
2 “Yo pongo
a Jerusalén como una copa que hará temblar a todos los pueblos
de alrededor; también contra Judá, cuando se ponga sitio a
Jerusalén.
3 En aquel
día yo pondré a Jerusalén
como una piedra pesada para
todos los pueblos;
todos los que intenten cargarla serán despedazados. Y todas
las naciones de la tierra se juntarán contra ella”
Zacarías
12:2-3 (RVA)
"El
mesías Príncipe" vuelve para salvar a su pueblo que años
atrás le había rechazado. El Salvador de Israel tiene marcas que
identifican su aparición anterior. El Mesías a quién se
eliminó, es quien dijo “a
mí a quien traspasaron”,
el Mesías asesinado en el año 33 d.C. que vuelve a por los que
un día le traspasaron. Éstos llorarán la muerte del que
traspasaron como los que lloran por la muerte de un hijo, porque
se darán cuenta de que aquél a quien han rechazado era su única
esperanza.
10 “Pero sobre la casa de
David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu de
gracia y de oración. Mirarán hacia mí, a quien traspasaron, y
llorarán como se llora por el hijo unigénito, y se afligirán por
él como quien se aflige por el primogénito”
Zacarías 12:10 (RVA)
Jesús habla de este evento en Mateo 24:30-31.
30 “Entonces aparecerá la
señal del Hijo del hombre en el cielo, y todas las tribus de la
tierra harán lamentación cuando vean al Hijo del hombre venir
sobre las nubes del cielo,u con poder y gran gloria.
31 Enviará
sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos
de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”
Mateo 24:30-31 (RVA)
El
Reino del Mesías
Cuando se complete el periodo en el que el Mesías haya
reinado durante los 490 años de las 70 semanas de Daniel, se
cumplirán los siete eventos de Daniel 9:24.
1.
terminar la prevaricación
2.
poner fin al pecado
3.
expiar la iniquidad
4.
traer la justicia perdurable
5.
sellar la visión
6.
y la profecía
7.
ungir al Santo de los santos.
La Tierra será a paz la naturaleza de hombre y animales
cambiará con el reino de Mesías.
67
6
“Morará el lobo con el
cordero,
y el
leopardo con el cabrito se acostará;
el becerro,
el león y la bestia doméstica andarán juntos,
y un niño
los pastoreará.
7 La vaca
pacerá junto a la osa,
sus crías
se recostarán juntas;
y el león,
como el buey, comerá paja.
8 El niño
de pecho jugará
sobre la
cueva de la cobra;
el recién
destetado extenderá su mano
sobre la
caverna de la víbora.
9 No harán
mal ni dañarán
en todo mi
santo monte,
porque la
tierra será llena del conocimiento de Jehová,
como las
aguas cubren el mar”
Isaías
11:6-9 (RVA)
¿POR QUÉ ESPERAR?
A
ambos lados de la cruz donde estaba Jesús había dos ladrones
crucificados, uno escupió a Jesús y le dijo que hiciera un
milagro y el otro le dijo que se acordase de él cuando se fuera
a su reino, a lo que Jesús respondió
“de cierto te digo que hoy
estarás conmigo en el paraíso”.
Hoy usted puede tener la misma promesa de salvación que Jesús el
Mesías le hizo al ladrón: estar con él en el paraíso, si cree y
pone su confianza en lo que Él hizo en la cruz. Jesús le explicó
a Nicodemo, en el evangelio de Juan, cómo se puede ser salvo.
“15 para
que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida
eterna
16 De
tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga
vida eterna.
17 Dios
no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para
que el mundo sea salvo por él.”
Hoy puede escoger qué
hacer.
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